Para que aprendas a preparar un mojito tamaño ‘estándar’ pero, eso sí, ¡totalmente irresistible!
http://youtu.be/lfsTNwE4Zo8
Lo tendrás listo en sólo cinco pasos. Toma primero nota de los ingredientes necesarios:
Agua con gas (de sifón); una cucharada de azúcar; hielo (picado, mejor); abundante hierbabuena; ron blanco; 1 limón o lima; angostura (opcional).
ELABORACIÓN:
En primer lugar, ponemos el azúcar en el fondo de un vaso ancho (los mojitos se elaboran directamente sobre el vaso, sin necesidad de coctelera).
A continuación, mojamos con el zumo de medio limón o lima y agregamos hojas de hierbabuena.
Lo machacamos para que la hierbabuena desprenda sus aromas, pero sin romper las hojas.
Dejamos macerando un poquito y a continuación añadimos un poco de agua con gas.
Batimos y añadimos hielo picado, el ron y un poco más de agua con gas.
ACABADO:
Para finalizar puedes agregar una gotita de angostura (optativo). Removemos suavemente. Probamos por si hiciera falta más azúcar y si está a nuestro gusto decoramos con unas hojas de hierbabuena.
HISTORIA:
La historia del Mojito tiene tres grandes momentos. Empecemos con la leyenda: si bien muchos buscan emparentar al Mojito con el Mint Julep del sur estadounidense, sus bases vienen de mucho antes. Se cree que nació en el siglo XVI, cuando se lo llamaba "El Draque". Esto es porque su invención se adjudica a Sir Francis Drake, famoso pirata (para los españoles) y fiel servidor (para los ingleses), que navegó los mares por aquellos años. La receta tenía su lógica: aguardiente para la felicidad, lima para el escorbuto, menta para la digestión, azúcar para el sabor. Por ese entonces se preparaba con "tafia", un aguardiente campesino antecesor del ron. Con el paso de los años fue renombrado como Mojito, diminutivo de “mojo” (salsa, aderezo), posiblemente por la lima y la menta que se usaba para condimentar al cóctel. La primera receta escrita apareció en el libro del español Pedro Chicote, "La Ley Mojada", de 1930, donde aparece como Mojito Criollo.
El segundo gran momento tiene nombre propio: se llama Ernest Hemingway, no sólo uno de los grandes escritores de la historia, sino también uno de los grandes bebedores. En los años ‘20 y ‘30, durante la Ley Seca norteamericana, muchos estadounidenses viajaban de Key West a Cuba (unos 150 kilómetros), donde podían beber a sus anchas. Entre ellos, Hemingway, quien se convirtió en un fervoroso vocero del Mojito. Incluso se dice que escribió una frase célebre en Cuba, donde recomienda en qué bar beber qué cocktail. "My mojito in La Bodeguita, my daiquiri in El Floridita”. Hoy, La Bodeguita del Medio es parada obligada de todo turista y allí cuelga el cartel con la famosa frase, escrita a mano por Hemingway. Cartel que, es cierto, muchos aseguran que es falso. A fin de cuentas: Hemingway bebía de todo y en todos lados.
Ahora, el tercer y definitivo momento. Porque, es verdad: Hemingway habrá sido el primero que hizo conocido al Mojito, pero no por eso se convirtió en un trago tan popular. De hecho, hasta hace apenas 30 años pocos lo bebían. Su fama mediática creció esta vez de la mano de Hollywood y, cuando no, de James Bond. En Otro Día para Morir (2002), Pierce Brosnan ofrece en un hotel cubano un Mojito a la sexy Halle Berry, quien dice, con picardía: "Me podría acostumbrar a su sabor". Si bien es algo exagerado adjudicar la moda de este cóctel sólo a la película, lo cierto es que por aquellos años se dieron varios hechos en simultáneo, en especial el auge del ron (sumando al Daiquiri) y la búsqueda de cócteles suaves y aptos para todo público. Distintos elementos que confluyeron a su actual fama.
Comentarios recientes
Hola:
Me llamo Ariadna y estoy muy interesada en tu sitio web. Por ello, he querido escribirte desde aquí.
El motivo de mi mensaje es que me gustaría explicarte que tu negocio puede aparecer en ci